CASUS BELLI - BANDERA FALSA -1898-2010




En 1998, después del atentado contra las embajadas norteamericanas de Kenia y Tanzania, y la acusación que se realizó a través de los medios de comunicación de todo el mundo contra un desconocido millonario saudí, llamado Osama bin Laden, me puse a investigar: Recorté durante mucho tiempo la información que aparecía en la prensa escrita, guardé los informes de la prensa online y busqué información y más información en todos los medios a mi alcance en Internet, incluidos documentos desclasificados de algunos gobiernos. El resultado fue un libro sobre los orígenes de los bin Laden y la manera en la que consiguieron una inmensa fortuna.

Pero la información recopilada me sirvió perfectamente para seguir escribiendo otro libro con motivo del ataque terrorista al Word Trade Center de Nueva York en 2001, y, este, en mis investigaciones, me llevó a escribir otro dos libros más sobre el Informe del Congreso de los Estados Unidos, referente al ataque terrorista a la Torres Gemelas.

Descubrí que era cierto lo que dijo Esquilo de Eleusis (dramaturgo griego) en el año 525 a. C: "En la guerra, la primera víctima es la verdad". También lo dijo el periodista polaco Riszard Kapuscinski después de cubrir con sus noticias la guerra civil de Ruanda: La información exacta muere a favor de historias virtuales; el ritmo de la producción se antepone al de la redacción, y los tiempos breves obligan a la superficialidad y la falsedad.

Y de eso trata este libro, compilación de los tres descritos anteriormente para poder llevar a los ojos de los lectores una historia que los medios de comunicación, sobre todo los norteamericanos, dieron a conocer al mundo entero como verídicas; una sarta de mentiras con las que pretendían influir en la opinión pública norteamericana para que aprobasen los planes de invasión de Irak y los ataques a Afganistán del gobierno norteamericano.

De la mano de los agentes secretos, Richard Thompson de la CIA, y Shimon Wheija, del Mosad israelí, y a lo largo de sus de 600 páginas, viviremos toda una serie de verdades que, o bien han sido olvidadas debido al paso del tiempo, o que los medios de comunicación han pretendido ocultarnos, como dice Kapuscinski.

Un thriller lleno de acción, de información, de espionaje, policíaco, con ciertas dosis de romanticismo que, muchos, tal vez, califiquen como conspiranóico, pero que sin embargo está avalado por los informes de prestigiosos profesores universitarios, especialistas en la construcción de rascacielos, especialistas en demoliciones, y en los comentarios de más de 2500 personas, todos ellos profesionales, militares de alta graduación de los ejércitos de Estados Unidos, pilotos civiles y de su fuerza aérea, controladores aéreos, testigos y víctimas. 

¿Todos mienten? No creo. 

Al final de cada uno de mis libros detallo los enlaces a mis fuentes de investigación por si algún lector quiere comprobar la veracidad de lo expuesto en esta intrigante historia, y en este sigo la misma costumbre.

El enlace a la página de compra de esta novela, en Amazon, es: relinks.me/1091402981

DESDE LA TERRAZA


Hace ya muchos años, por allá por 1998 escribí esta novela en la que se relata la vida de cuatro médicos voluntarios de diferentes nacionalidades que decidieron ir a un pequeño hospital para refugiados ruandeses en el mismo centro de África. 
Pero no relato la verdadera tragedia porque es demasiado fuerte incluso hoy, en 2019, después de transcurridos 25 años. Sí relato las vicisitudes que un médico español puede sufrir en un hospital de su país hasta optar por marchar a cualquier lugar del mundo donde pudiese ser necesitado practicando su especialidad de manera altruista.
También las vidas de los otros tres médicos como personas que son, y el mensaje de esperanza que transmiten con sus actitudes hacia los más desvalidos. 
Sí, es un drama. No es una novela romántica, ni de ciencia ficción, ni de terror clásico. Es una novela sobre hechos reales que muchos ignoran o prefieren ignorar poniéndose de perfil para que los hechos no influyan en su mente. 
Literariamente, ha habido escritor, que ha dicho que está escrita con una corrección poco usual, que las palabras se miman para no herir la susceptibilidad del lector, y de hecho así es.   
Otro escritor dijo en su momento que era una novela totalmente recomendable, a la altura de las grandes novelas clásicas sobre África.                             
De las guerras y sus motivos sabemos poco los ciudadanos de a pie, de los motivos por los que las personas, algunas, no todas, deciden sacrificar parte de su vida en ayuda de los más desfavorecidos, tampoco sabemos o no queremos saber desde la confortabilidad que nos da nuestro sofá del salón mientra vemos un aburrido programa de televisión.
Sin embargo, a mí, como autor, sí me preocupa, y por eso he querido relatar la vida de sus protagonistas con sus virtudes y defectos al tiempo que hacer un viaje virtual por el continente africano. 
También hubo otro escritor, que dijo de esta novela, que está a la altura de las novelas clásicas escritas sobre África, aunque yo, como autor, ni quito ni pongo, porque debe ser el lector el que opine después de leerla. Solo digo que es una novela escrita para que la lean solo los valientes. Para aquellos que, además de gustarles la literatura, quieran saber qué es lo que ha ocurrido a su alrededor sin que ellos se percatasen de ello.

 Ignacio Ramonet en MEMORIA/PARA LA MEMORIA: Ruanda 1994, o cómo conocer una historia africana
Publicado el 9 diciembre 2011 nos dice:

No me entendáis mal: el consumidor de noticias es vago y descreído, quiere ver las cosas con sus propios ojos, y no que se las cuenten. Él en su artículo pensó en Ruanda en 1994. Es uno de tantos ejemplos, pero es muy válido. En las mismas fechas en las que tenía lugar uno de los exterminios más violentos de finales del siglo XX, Cannes celebraba su Festival de Cine. La gran ganadora fue Pulp Fiction, eso lo recordamos todos. Lo que no recordamos con tanta claridad es el inicio de un genocidio que inundó con miles de litros de sangre un pequeño país en el centro del continente africano, apenas un insignificante punto en el centro de su mapa. Lo peor de todo es que cuando las imágenes empezaron a llegar a los televisores occidentales mostraban una realidad que no se correspondía con la verdad.
«La verdad es el motivo por el que ocurren las cosas, la realidad es una fracción de mundo que queda congelada en un instante, en unos cuantos fotogramas. Francia montó una llamada “operación turquesa” para proteger a las poblaciones. Genocidio, víctimas, protección. Todo parece funcionar. Pero como del genocidio no hubo imágenes reales, lo que los telespectadores ven cuando creen estar viendo a las víctimas no es otra cosa que a los victimarios, y la “operación turquesa” fue tendida para defender a los autores del genocidio. Este tipo de información no puede decir una cosa y su contraria, no se puede decir: ha habido víctimas, he aquí los verdugos. Los verdugos son víctimas»
Pero… ¿quién sabía quiénes eran los hutus o los tutsis? ¿Quién sabía de los motivos? Kapuscinski estuvo durante sus viajes por el continente africano. En su libro Ébano, el periodista explica a través de diferentes historias sus experiencias, no EN sino CON. Con personas de allí, de sus encuentros y sus experiencias con ellas. Uno de esos artículos recoge una conferencia que dio sobre Ruanda. Su historia, su genocidio de 1994, pero sobre todo de las razones que abocaron al país a ese terror concentrado en tres meses.
Antes de entrar en interminables discusiones sobre el binomio objetividad/subjetividad, quiero que penséis en las palabras del principio de este post, en esas mutaciones de algunos conceptos básicos del periodismo, en esas realidades que no se corresponden con las verdades: las televisiones emitieron una «construcción ficticia que fue la única que hubo y quedó». Son palabras extraídas de uno de los artículos del periodista polaco que componen Los ojos de la guerra, una serie de crónicas nacidas de la emoción compartida por diferentes corresponsales de guerra ante la noticia de la muerte del periodista Miguel Gil en una emboscada en Sierra Leona mientras cubría la contienda en mayo de 2000. Pero no nos perdamos en otras historias, volvamos al hilo del discurso para su conclusión.
Ryszard Kapuscinski (1932 - 2007)
Ryszard Kapuscinski (1932 – 2007)
La información exacta muere a favor de historias virtuales; el ritmo de la producción se antepone al de la redacción, y los tiempos breves obligan a la superficialidad y la falsedad. «Cuando estuve en Ruanda, durante la matanza de 1994, noté que muchos periodistas, de tan conectados con su central por teléfonos y correo electrónico, no veían lo que pasaba en el lugar. Llamaban a sus jefes en Nueva York, Londres o Madrid, quienes les decían que necesitaban confirmar esta u otra noticia que les había llegado. Ya no eran reporteros: sólo seguían órdenes de unos jefes que ni siquiera sabían dónde quedaba Ruanda» En otro de sus libros, Los cinco sentidos del periodista, Kapuscinki también hace referencia a Ruanda. En esta ocasión, hace hincapié en el reducidísimo grupo de personas que realmente conocieron en profundidad los hechos. Y en el asombro que sintieron por las falsedades con las que se dieron a conocer esos hechos. Sus voces, alternativas y difundidas a través de algunos pocos libros, no podían competir con la accesibilidad de los medios masivos.
Vivimos en un mundo de tantas culturas que solamente un reducido grupo de especialistas es capaz de entender y aprender algo de lo que está pasando. El resto accede al discurso fragmentado y superficial que los grandes medios condensan en un minuto: se trata de un problema que seguiremos sufriendo mientras las noticias muevan tanto dinero, estén influidas por el capital y compitan como productos de los dueños de los medios.
¿Eres valiente? ¿Te atreverás a leerla? Entonces la podrás encontrar en el siguiente enlace de Amazon: relinks.me/B00RWGKP5U
Gracias por leerme.