CÓMO ESCRIBIR UNA BUENA NOVELA

Quién en toda su vida no ha pensado en escribir un libro. Unas memorias personales, algo que le ha ocurrido desde hace un tiempo y considera que merece la pena contar, una fantasía: bien sea infantil, urbana, de ciencia ficción, romántica o incluso histórica, como aquellas de los maestros del siglo pasado o de los clásicos de Grecia, Roma o de la época faraónica.

Para quien domine bastante su lengua, la gramática, la narrativa, el diálogo, escribir no es difícil. Comenzamos a emborronar unas páginas con palabras y líneas de texto mientras vamos dando forma a nuestra historia, y hasta es posible que nos guste lo que hemos escrito, pero, ¿le gustará a aquellos que lean lo que hemos escrito?, ¿surtirá en la persona que nos lee, el mismo interés por seguir leyendo que el que nosotros hemos sentido mientras escribíamos?

Escribir es facil, sí. Siempre que la historia esté bien contada. No importa el contenido de la historia, cualquiera puede ser buena y de hecho existen miles de historias diferentes, pero una de las cuestiones fundamentales es que al lector le interese leerla y no abandone a las primeras líneas leídas.

Lo difícil es escribir bien. Lo difícil es escribir sin que haya distorsiones en nuestra historia, lo difícil es escribir unos buenos diálogos y que el relato lleve al lector de la mano por nuestra historia consiguiendo que se sumerja en ella, que viva con nuestros personajes reales o de ficción lo que hemos querido como escritores que ellos vivan trasladándolos a las escenas que hemos imaginado para ellos, pero fundamentalmente, consiguiendo interesar al lector para que siga leyendo la historia que hemos escrito para él.  

Llevo muchos años escribiendo ficción histórica basada en hechos reales porque es lo que me gusta escribir, con lo que me encuentro cómodo, y desde el principio, antes de ponerme a escribir mi historia, he invertido muchísimo tiempo en documentarme sobre hechos y personajes históricos para intentar ser lo más veraz posible y que mis personajes de ficción, esos que cabalgan a lomos de los hechos históricos parezcan tan reales como la propia Historia, de tal manera, que unos y la otra, durante el relato de la novela, den la impresión de ser verdaderos.

Pero una vez hemos terminado de escribir, viene la parte más dura, la corrección del texto para que no haya errores ortográficos, ni sintácticos, ni de estilo. Una labor que nos puede llevar mucho más tiempo que el invertido en escribir la historia que hemos terminado. Después viene la confección de la portada o cubierta del libro, que debe ser lo suficientemente atractiva como para que el posible lector se interese por ella, pero, sobre todo, que las imágenes de la misma sean tan explícitas que con una simple mirada el lector se pueda hacer una idea de qué es lo que va a encontrar entre sus páginas.

Esa ha sido siempre una de las premisas que me he impuesto a la hora de elegir una cubierta para cualquiera de mis libros, y creo haberlo conseguido. Pero si la cubierta es buena y el contenido del libro no tiene una trama coherente, el lector se sentirá engañado y daremos al traste con nuestro futuro como escritor.

Yo creo haberlo conseguido por los comentarios de mis lectores. No todos los que quisiera, pero he de entonar un "Mea culpa" por no haberlos publicitado tanto como hacen otros escritores a diario, no porque estén mal escritos o las historias no sean interesantes, aunque hay tantos géneros literarios como gustos en los lectores. Yo escribo ficción histórica porque me encuentro a gusto con ese género de novela, lo mismo que otros escritores lo hacen con "romántica", "fantasía" o "terror".

Si os sentís atraídos por cualquiera de las novelas que he escrito, por su portada, sinopsis, trama, o por los comentarios que otros lectores han dejado en Internet, Amazon, Facebook u otras redes sociales, estoy seguro de que disfrutaréis con su lectura.