Hola, lectores.
Hace mucho tiempo que no escribía en mi blog.
Hoy me veo casi obligado a hacerlo por ser el aniversario del ataque terrorista de Hamas a Israel, en una fiesta de música tecno en la que murieron más de 200 personas.
El lugar del festival, donde había tres escenarios, un campamento cercano y un área de comida, está ubicado en el desierto de Negev, cerca de Re'im.No está lejos de la Franja de Gaza, desde donde los militantes de Hamás cruzaron hacia el amanecer para lanzar su ataque contra Israel.
Desde el 7 de octubre de 2023 -cuando Hamás lanzó un ataque sin precedentes en territorio israelí que dejó 1.200 muertos- Netanyahu ha insistido en su objetivo de crear un “nuevo orden” en Medio Oriente y ha impulsado una ofensiva con consecuencias devastadoras: más de 41.000 personas han muerto en Gaza, mientras en Líbano la cifra ya supera los 2.000, de acuerdo con las autoridades de ese país.
Todo lo anterior ha llevado a que hoy estemos ante uno de los “momentos más peligrosos” de la historia reciente en Medio Oriente, según el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner.
Se infiltraron en pueblos y ciudades, donde capturaron a decenas de personas como rehenes.
Yaniv, un médico de emergencia que fue llamado a la fiesta, dijo a la emisora Kan News: "Hay al menos 200 cadáveres de israelíes en el área en la que me encontraba"."Fue una masacre. Nunca había visto algo así en mi vida. Fue una emboscada planeada. Cuando la gente salía por las salidas de emergencia, escuadrones de terroristas los esperaban allí y comenzaron a matarlos”, anotó. Y agregó, "Había 3.000 personas en el evento, así que probablemente lo sabían. Tenían información de inteligencia".
Hasta aquí, todos sabemos lo que ocurrió. ¿Pero sabemos por qué?
Tal vez debamos comenzar por el Nacimiento del Islam, como explica la revista Desperta Ferro Antigua y Medieval, en su revista n.º 24, Julio 2014
El que sería el profeta Mahoma nacía, según la tradición, en torno al año 570 en La Meca comerciante perteneciente a los Quaraysh, del clan de Banu Hashim. En algún momento de su vida comenzaron a serle revelados versos enviados por Dios, que serían recopilados en el Corán. Alrededor del año 610 comenzó su predicación en La Meca, pero ante la hostilidad de algunas tribus y tras vivir varios atentados, se trasladó a Medina. Allí, de forma progresiva, unificó a las tribus árabes y avanzó en las conversiones religiosas. A su muerte, Abu Bakr le sucedió y prosiguió la expansión del Islam hacia los imperios romano y sasánida. El Imperio romano de Oriente (o bizantino) sufriría duras derrotas por las tropas musulmanas, que le quitarían Siria, Palestina y Egipto entre otros. El Imperio sasánida llegaría incluso a sufrir el asesinato de su último monarca Yezdiguerd III. Una década después nacía el Califato omeya y el nuevo Estado islámico superaba los 15 000 000 km2.
Mapa de Carlos de la Rocha que muestra las distintas comunidades que componían la Arabia preislámica.
https://www.despertaferro-ediciones.com/revistas/numero/df-antigua-y-medieval-n-o-24-el-nacimiento-del-islam/
El conflicto entre Israel y Palestina se remonta a 1917 cuando el gobierno británico, a través de la Declaración de Balfour, manifestó públicamente su apoyo hacia el establecimiento de un “hogar” para el pueblo judío en la región de Palestina (la cual en ese momento formaba parte del Imperio Otomano).
A partir de ese momento comenzó una migración masiva de judíos hacia esta región para formar una sólida comunidad, la que más adelante daría origen al Estado de Israel. Al aumentar la población judía en Palestina, los descontentos sociopolíticos en este territorio no se hicieron esperar y, debido a ello, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió tomar cartas en el asunto para evitar que el conflicto escalara.
El surgimiento del Estado de Israel
En noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobara la resolución 181 con la cual proponía la creación de dos Estados en el territorio que, ya para entonces era un Mandato del Imperio Británico. Se crearían entonces un Estado Judío y un Estado Palestino. Este plan de partición no fue bien recibido ni por ambas comunidades, ni por la comunidad internacional ni por los países contiguos a la región Palestina. Fue entonces que estalló una guerra, respaldada por otros países, entre palestinos y judíos justo al día siguiente de la aprobación de la resolución.
En medio de esta guerra, Israel declaró su independencia, creándose como Estado, en mayo de 1948. El conflicto y la molestia de los Palestinos viene de que el reconocimiento al Estado Judío (de Israel) no vino acompañado del reconocimiento de un Estado Palestino como lo sugería el plan de partición.
El conflicto actual y su impacto global
Los enfrentamientos suscitados por el grupo radical Hamás que busca el establecimiento de un Estado islámico en la región histórica de Palestina (que comprendería los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén), en octubre de 2023 forman parte de una sucesión continua de 75 años de ofensivas y contraofensivas entre palestinos e israelíes. 75 años de conflicto cuyas consecuencias han sido un éxodo masivo de la población habitante de esta región, muertos, heridos y una grave crisis humanitaria. Un conflicto que interesa a toda la comunidad internacional porque nos afecta a unos más que a otros indirecta o directamente. Pero, ¿cuál es el impacto de este conflicto histórico?
Este conflicto histórico, que se agravó con los recientes ataques en la región de la ya golpeada Franja de Gaza, no solo fomenta el odio entre las poblaciones judías y árabes del mundo, sino que además divide a los medios de comunicación, a los gobiernos y a la población mundial en dos bandos (pro-palestina vs pro-israel; anti-terrorismo vs pro-terrorismo).
Lo que hay que condenar de este conflicto es el uso de la violencia hacia la población civil (sin importar su origen étnico o creencias religiosas) por parte de cualquier organización (estatal o paraestatal). Si algo hay que defender, es el derecho de todo ser humano a desarrollarse y vivir plenamente en paz, a recibir educación y a tener un trabajo digno. La única que sale perdiendo en esta, como en muchas otras guerras, es la humanidad al demostrar que los intereses de particulares pueden prevalecer sobre el bienestar social y los derechos humanos.
Escrito por:
Mtra. Itzel Pamela Pérez Gómez
Coordinadora de proyectos estratégicos de Relaciones Internacionales Anáhuac Mayab
Expansión bajo Mahoma, 622-632greg./1-11A.H. Expansión durante el Califato ortodoxo, 632-661greg./11-40A.H.Expansión durante el Califato omeya, 661-750greg./40-129A.H.
Expansión árabe en tiempos de Mahoma en la zona I, Abu Bakr en la II, Omar en la III y Uthman en la IV.
Las conquistas árabes llegaron hasta Europa. En 711, al mando de Tarik y enviados por el gobernador africano Muza, los árabes conquistaron el Reino visigodo, y se anexaron Hispania. La expansión del islam se hace según el principio de la guerra santa o Yihad. Este se toma del Corán donde el término aparece en la fórmula «esfuerzo en el camino de Dios», en el sentido de esfuerzo para hacer reinar los derechos de Dios, es decir, para defender el islamismo. A diferencia de la fe cristiana, que rechaza la guerra ofensiva para expandir la fe, el islam defiende las ofensivas militares para imponer la fe de Mahoma.
Esta tierra, entonces cristiana, había sido desgastada por las luchas intestinas derivadas contra la herejía (arrianismo en la península ibérica y donatistas en el norte de África) y, debido a esto, había sido largamente perseguida por el poder imperial. Lo que explica la acogida fácil para los conquistadores, hecho por la mayoría de ellos por lo menos en el norte de África. La Hispania se convertirá en el país de al-Ándalus durante ochocientos años.
En cambio las corrientes del cristianismo consideraron primero muy negativamente la emergencia del islam. Esta nueva religión ponía obstáculo a su reivindicación de universalismo (“católico” significa universal), y las referencias a los mensajes de la Biblia aparecían en ellos, así como a los judíos, más bien como una herejía cismática (para las corrientes que utilizan este concepto) que como un reconocimiento. La referencia al mensaje cristiano utilizada en el Corán había llegado a Mahoma vía cristianos monofisitas, docetas o nestorianos, es decir, de las corrientes consideradas heréticas por los Concilios de Nicea y Constantinopla.
A lo más, el islam aparecía ante ellos como una forma de competencia ligera, compartiendo su reconocimiento a un Dios único, pero refutando en cambio la idea de Trinidad.
Hasta la llegada de los turcos selyúcidas, sin embargo, la convivencia en Jerusalén sería sin dificultad mayor, a pesar de las invasiones repetidas hacia Europa realizadas por tropas moras que apelan al islam. La situación totalmente cambia con la ocupación turca, que piensa prohibirles a los cristianos el paso hacia los lugares santos.
Una tensión se crea entonces. Para Occidente cristiano, el mahometano se hace el infiel por excelencia, y Mahoma (de donde viene la deformación baphomet) es la imagen de un demonio pérfido, que predica en nombre de Dios para desviar a los fieles de la verdadera fe. A veces es asimilado como el Anticristo, a veces más simplemente hace recordar las palabras que los evangelios atribuyen a Jesús y que advierte contra profetas falsos que vendrán después de él. Desde el lado musulmán se establecen las mismas acusaciones.
La conquista islámica, como más tarde lo serán las cruzadas, son motivados por los jefes de guerra deseosos de extender su territorio, así como por las poblaciones preparadas con este fin, por una necesidad percibida de difundir la verdadera fe.
El apogeo de la civilización musulmana (en términos de desarrollo científico y técnico) se sitúa entre los siglos VIII y IX. Los progresos son tales, que se puede hablar de un “Primer Renacimiento”, muy anterior al fenómeno que se efectuará en Italia durante el siglo xiii. Ellos recibieron importantes conocimientos de países de antigua civilización que conquistaron: (Siria, Líbano, Egipto, Mesopotamia, la provincia romana de África). Pero esta recepción no fue meramente pasiva: con esta materia se producen desarrollos importantes y propios, como los logrados con el álgebra, o en el campo filosófico, el cual reconoce importantes personajes como Avicena, Al-Farabi o Averroes.7 Europa tiene entonces cerca de dos siglos de retraso sobre el mundo musulmán, aunque ciudades como Venecia tuvieron al respecto una situación extraordinaria. Sin embargo, los beneficios culturales y técnicos obtenidos por los territorios occidentales gracias a la expansión musulmana son objeto de debate de los historiadores especializados.
Más que la victoria de 732 de Carlos Martel, que rechazará la invasión en Poitiers, es el fracaso del sitio de Constantinopla el que frenará el avance de los ejércitos árabes. Los establecimientos moros perdurarán mucho tiempo como atestigua la toponimia de Ramatuelle, una ciudad de Provenza al sur de Francia, nacida de Rahmat Allah, la gracia de Dios.
Se conocerá el movimiento inverso de guerra justo también, algunos siglos más tarde, en la Reconquista de la península ibérica que verdaderamente se presenta en la batalla de Las Navas de Tolosa, la primera victoria de esta campaña, y se concluirá en el siglo XV por la conquista de los últimos reinos Taifas en 1492. Esta fecha corresponde también según Jacques Attali y Arnold J. Toynbee al exterminio de los últimos núcleos de resistencia cristiana en Egipto. Algunas cruzadas previamente destinados a reconquistar la tumba del Cristo habían reabierto en los países cristianos la ruta de las especias apoderándose de las escalas de Levante.
El islam es hoy la religión más seguida después del cristianismo con un total estimado de 1,3 miles de millones de creyentes (en torno al 20 % de la población mundial).
El islam continúa su expansión en África, en una progresión constante hacia el sur del continente (donde predomina aún el cristianismo desde la colonización europea). Desde su independencia, una parte de los países de África negra privilegiaron más bien las relaciones con los países árabes musulmanes antes que con los antiguos colonizadores. Uno de los factores de la fácil difusión del islam en África es su importación desde países vecinos, en lugar de evangelizadores blancos susceptibles de ser percibidos como colonizadores, como en el caso del catolicismo.
Esta expansión es también fuente de tensiones y de conflictos. En Costa de Marfil o en Nigeria, por ejemplo, la oposición entre las poblaciones musulmanas al norte del país y las poblaciones cristianas del sur alimenta una inestabilidad permanente que puede ir hasta el conflicto armado a escala nacional (Costa de Marfil) o a ataques y represalias en las regiones “mixtas” (Nigeria). A las cuestiones religiosas se incorporan sin embargo intereses económicos y políticos (reparto de las riquezas y del poder político) en el génesis de los enfrentamientos.
La difusión del islam fuera del mundo árabe-musulmán tradicional se explica en parte por el crecimiento de los flujos migratorios a partir de los países de religión y de cultura musulmana. Es el caso en los países occidentales dónde la inmigración de poblaciones musulmanas se desarrolló desde los años 1950. Sin embargo, esta inmigración no parece influir en el número de conversiones de la población local.
El islam continúa también su difusión hacia el este en Asia. En Indonesia particularmente, el islam, llegado desde comerciantes indios y chinos que hacían escalas en los puertos de Java y el Sumatra por lo menos desde el siglo XII, tuvo una progresión más bien lenta. En nuestros días, el 88 % de la población indonesia administrativamente es registrada como musulmana.
La guerra árabe-israelí de 1948, también conocida por el pueblo israelí como guerra de la Independencia (hebreo: מלחמת העצמאות) o guerra de Liberación (hebreo: מלחמת השחרור), sucedida desde mayo de 1948 hasta mediados de 1949, fue el primero de una serie de conflictos armados que enfrentaron al Estado de Israel y a sus vecinos árabes, en lo que se conoce globalmente como el conflicto árabe-israelí. Para el pueblo palestino esta guerra marcó el comienzo de lo que denominan la Nakba (en árabe النكبة, ‘La catástrofe’, o 'el desastre').
Las Naciones Unidas acordaron la partición del Mandato Británico de Palestina en dos estados: uno judío, con el 55 % por ciento del territorio (incluyendo por completo el desierto del Néguev), y otro árabe, con el resto del territorio excepto el área circundante de Jerusalén y Belén, que sería considerada una zona internacionalizada. Esta resolución fue aceptada por los dirigentes judíos, pero rechazada por las organizaciones paramilitares sionistas y por los árabes en su conjunto.
Dicho mandato expiró el 15 de mayo de 1948. En la tarde del 14 de mayo, había sido proclamada por David Ben-Gurión la independencia de Israel en Tel Aviv, y la nueva nación fue reconocida rápidamente por los Estados Unidos, la Unión Soviética y muchos otros países. El mismo día de la retirada británica de la región, tropas egipcias, iraquíes, libanesas, sirias y transjordanas, apoyadas por voluntarios libios, saudíes y yemeníes, comenzaron la invasión del recién proclamado estado judío.
Las fronteras del Mandato Británico de Palestina fueron revisadas repetidamente bajo la dirección de Winston Churchill, se dividió posteriormente a su vez en dos áreas: la parte al este del río Jordán se conoció como Transjordania (que en 1950 pasaría a nombrarse como Jordania), mientras que el área occidental siguió conservando el nombre de Palestina.
En 1922 la población del mandato (incluyendo Transjordania) estaba conformada por 589 200 musulmanes, 83 000 judíos, 71 500 cristianos y 7600 de otras confesiones. Durante todos estos años la inmigración judía fue aumentando, en gran parte debido a la persecución que los judíos sufrían en Europa. Esta inmigración, junto con los continuos llamamientos para el establecimiento de un estado judío en Palestina, no fue bien recibida por los árabes.
Bajo el mando de Amin al-Husayni, el gran muftí de Jerusalén, los árabes locales se rebelaron contra los británicos y atacaron repetidamente a la creciente población judía. Estos ataques dieron lugar a diversos disturbios como el motín de Palestina de 1920, el motín de Jaffa de 1921 o el motín palestino de 1929, en el que 135 judíos fueron asesinados en Hebrón y alrededores.
Creo que habría muchísimo más que contar, aunque siempre llegaríamos a la misma conclusión, al menos, yo, de que al margen de una cuestión territorial que ni Inglaterra, con Palestina bajo su protectorado, ni las Naciones Unidas, supieron ni quisieron intervenir, el conflicto es religioso, dada la expansión del Islam, y las naciones árabes no pueden consentir que entre ellas exista un estado democrático judío.
Esperemos que el conflicto no se haga más extensivo`provocando la muerte de seres inocentes.