Amigos y lectores. La entrada de
hoy en mi blog: https://hayungansoenmisopa.com es para compartir con vosotros
lo que supone para un escritor hoy en día, en esta era digital y de continua información, donde las noticias se solapan continuamente y lo que es de importancia para
muchos deja de serlo a los dos minutos porque otra noticia, importante o no ha eclipsado la anterior, restando importancia de la primera para dejarla en un segundo
plano u oculta para siempre; y es que como consumidores de noticias no
podemos retener todas las miles que se nos proporcionan al cabo del día o las
semanas.
Muchos de vosotros lo
sabéis, sin embargo, para otras personas, la vida de un escritor pasa
desapercibida. Solo ven la imagen de un libro escrito, la portada, interesante
o no, para que como lectores os surja el impulso de comprar la obra con la
intención de leerla. Pero detrás de esa obra, de ese libro, novela de cualquier
género literario de los que abundan hoy en día, hay un trabajo inmenso por
parte del autor para llegar a conseguir que se publique: horas y horas de
investigación según el tema del que trate la obra, organización de la
información obtenida para posteriormente acoplarla en el lugar conveniente del
libro, imaginación para poder desarrollar una trama interesante y, según del
tema que trate el libro, con la intriga necesaria para que el lector no abandone
la lectura a las pocas páginas de haber comenzado a leer; poseer conocimientos
suficientes como para saber enlazar oraciones correctas; haber leído
anteriormente a muchísimos autores, sobre todo a los grandes maestros
clásicos; conocer los entresijos de un diálogo correcto para que el lector pueda
moverse entre las páginas sin necesidad de intentar averiguar por su cuenta lo
que ha querido decir tal o cual personaje de ficción en la novela, y, sobre
todo, tener la habilidad necesaria del buen narrador para mantener al lector
pegado a las páginas del libro.
En realidad, la historia que se
cuente es lo de menos, siempre que esté bien contada, y eso es lo que
recordaremos si la obra nos ha dejado un buen sabor de boca y la historia ha
sido tan buena que no nos hemos podido despegar de sus páginas.
Como escritor ya tengo el primer
borrador terminado, y como autor me siento satisfecho de lo que he escrito,
pero mi texto puede estar plagado de errores gramaticales, ortotipográficos o
de estilo, y necesito corregirlos. Es cierto que hay muchos correctores
profesionales que pueden realizar ese trabajo de manera excelente, previo pago
de sus honorarios, porque no viven del aíre, pero ¿y aquel escritor que no
puede pagarlo porque su economía no se lo permite? ¿Debe dejar morir en un
cajón su borrador sin publicar? No, así que, manos a la obra. Y me pongo a
corregir los fallos que pueda haber cometido durante el proceso de escritura;
labor tediosa y complicada para el autor, porque es probable que en muchas
ocasiones caiga en los mismos errores que cuando escribí el borrador,
fundamentalmente porque conozco a la perfección cada párrafo, cada línea del texto,
la he escrito yo y lo que tengo delante es mi hijo, mi criatura, y como un padre que conoce a su hijo, en ocasiones puedo no percibir los defectos que tenga, que tal vez sean imperceptibles para mí, pero que un lector experto los
detectará porque no está sometido a presión, sino leyendo relajadamente el
libro que tiene entre las manos, y cuando encuentre ese fallo, le chirriarán
los dientes y la opinión que pudiese haber tenido sobre mí como autor,
comenzará a cambiar si los fallos son frecuentes.
Pero todavía queda mucho más
trabajo después de la corrección ortotipográfica y de estilo que, como he dicho
antes, existen profesionales que pueden maquetar el libro para que la
presentación sea correcta, agradable a la vista y sin que el lector realice
ningún esfuerzo al leer la obra. Pero regresemos al problema anterior, ¿y si el
autor no se puede permitir el dispendio que supone pagar sus honorarios al
profesional? ¡Lo debe hacer él mismo! Adquiriendo los conocimientos necesarios
para hacerlo y dejar el libro en condiciones de poderlo publicar o que se lo
publiquen, aunque esta segunda cuestión es más peliaguda por la enorme cantidad
de autores que quieren publicar, pero que las grandes editoriales seleccionarán o no, en función de la rentabilidad o no que consideren que
pueden obtener de la publicación de esa obra si la presenta a cualquier
editorial
Al autor, si la editorial en
cuestión no ha seleccionado su libro para editarlo, le queda otra tarea más, no
menos importante que las anteriores: la cubierta del libro que envolverá su
obra como si de una caja de bombones se tratase, para que el posible lector, de
un simple vistazo al envoltorio, comprenda de manera fugaz de qué trata el
contenido de esa historia.
Hay escritores hábiles con
conocimientos y programas de diseño que son capaces de crear ese envoltorio
trepidante y colorista que llevará al posible lector a compra la obra, pero..., ¿y
el que no sepa hacerlo, no pueda o no disponga de los medios necesarios? Pues
indefectiblemente deberá contratar los servicios de un profesional de diseño
para que le confeccione la cubierta y su libro pueda ser presentado en
público.
Pero ¿dónde?, ¿cómo?
¿Peregrinando de editorial en editorial para que se lo publiquen? Joanne
"Jo" Rowling, la autora de la fantástica historia de Harry Potter, anduvo
durante diez años de peregrinaje, de editorial en editorial hasta que consiguió
que una de ellas le publicase la obra que después ha tenido ese éxito mundial
tan tremendo.
Otros han tenido mejor acogida
entre las editoriales debido a la gran calidad literaria de sus obras, por
haber obtenido algún gran premio en concursos literarios o porque se les
presentó el momento oportuno y supieron aprovecharlo, o, incluso, otros u otras
escritoras, porque debido a la gran difusión que han mantenido de manera
personal en las Redes Sociales, unido a una historia interesante con una gran
calidad literaria, fueron llamados/as por una gran editorial para ofrecerles un
contrato. Marta Abelló es uno de esos casos singulares a los que la Editorial
Planeta le ha publicado su novela "Los hijos de Enoc", de la que aconsejo
su lectura.
También hay casos en los que
después de haber publicado con editoriales han preferido autopublicar en
Amazon, como Blanca Miosi, con dieciséis libros en su haber, algunos traducidos
a varios idiomas y con un éxito internacional reconocido.
Pero quiero destacar, que el
hecho de ser publicado por una gran editorial o ser un autor autopublicado no
es sinónimo de calidad diferencial entre la autopublicación y los editados por
una editorial. La diferencia no está en la calidad literaria, sino en que a unos
hay que buscarlos en las plataformas de autoedición, caso de Amazon, y a los
otros nos los encontramos en el escaparate de una librería o en las grandes
superficies, apoyados por la publicidad que la editorial hace de ellos.
Llegado a este punto, no puedo
por menos que nombrar a algunos de mis compañeros de letras, con novelas excelentes
en todos los sentidos, de los que he leído alguna de sus obras y me han
encantado por su historia y por su prosa, aunque cada uno de ellos escribe en
un género literario diferente pero no por ello menos interesante, aunque no
puedo señalar a todos los autores que escriben bien. Solo os recomiendo que los
busquéis en las Redes Sociales o en Amazon, ya que me es totalmente imposible
indicar todos los títulos que han escrito:
—Silvia Sanfederico Roca
—Marta Abelló
—Alberto Guaita Tello
—Esperanza Benayas Caño
—Blanca Miosi
—Jesús Salas
—Emi Negre
—Javier Piña Cruz
—Beatriz Alonso
—Begoña Cuesta Prieto
—Benjamín Ruiz
En cuanto a mí como autor,
prefiero que sean otros los que hablen de mis libros, por lo que os pongo
algunos de los comentarios que han hecho otros lectores y escritores:
—“si mi opinión te puede
resultar de alguna utilidad, eres bueno, muy bueno y tu trabajo es excelente”.
—“La pluma de este autor es capaz
de trasmitir muchas cosas: amor, dolor, esperanza... Sus descripciones enamoran
y su vocabulario, rico y original, enriquece cada frase. Se nota que esta obra
está escrita con el alma y con el corazón de su autor”.
—“Un libro escrito con una
corrección poco usual, con datos fidedignos que pueden interesar a los amantes
de la historia”.
—“Me ha llevado de un lugar a
otro sin resultarme pesada, he aprendido, y como dice Francisco en su historia,
he reído con ellos, he amado, y he llorado; decirle que me cuesta entender que
usted lo haya inventado..., es demasiado real, así que, permítame pensar que
usted conoció a alguno de los integrantes de esta hermosa historia.”.
—“Estoy totalmente entusiasmada
y metida en su libro, cuánta capacidad para, a través de una trama tan bien
estudiada, se entienda realmente lo qué hay detrás de las guerras por el poder
del petróleo, y cómo nos distorsionan la realidad; de verdad admiro cuanto
estudios e investigaciones ha tenido qué hacer para lograr ese gran libro, qué
te atrapa y no puedes dejar de leerlo”
Hay muchos más comentarios sobre
mis libros, exactamente igual que los tienen el resto de los escritores
autopublicados. Mi mensaje es para que no dejéis de leernos.
Gracias por tu paciencia, lector
Me ha gustado mucho esta reflexión sobre lo que significa (cuesta) ser escritor en estos dorados tiempos. Muchas veces uno ve el libro acabado y no imagina por todo lo que se ha tenido que pasar...y eso en caso de haber logrado ser publicado. Vives en España, que probablemente ayuda un poco. Mi padre era un fanático lector. Fue periodista, tipo reportero y escribía artículos para periódicos (con los que recuerdo que tenía problemas porque decía lo que consideraba la verdad y no le querían publicar...escribió para revistas locales, pero ya no pudo aprovechar la tecnología digital. Mi hermano y yo hicimos el esfuerzo de publicarle unos 250 ejemplares de una recopilación de artículos, más para que tuviera la satisfacción de verse en un libro que por interés comercial. Murió a los 93 años en 2006. Me ha parecido muy interesante el tema de tu trilogía, deberían leerla los milenials para saber el contexto de la época que les ha tocado vivir.
ResponderEliminarMi nombre en FB es Fernanda Chrom y mi correo es dosefesyunache@gmail.com
ResponderEliminarGracias por dedicar el tema de tu entrada a los autores que nos autopublicamos. En mi caso, como bien dices, por elección, de la que no me arrepiento porque es como he llegado a muchos lectores. Es un trabajo que requiere creatividad, dedicación, constancia y muchas otras aptitudes que ha veces los escritores no tenemos, pero ahí vamos. Un abrazo y mi admiración, Francisco.
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